La insistencia de la chica tuvo los resultados que esperaba; su padre sobreprotector la había dejado ir a aquel campamento de bailarinas donde había podido pasar varias semanas alejada de su casa y de sus recurrentes persecuciones. Allí. . . en la libertad absoluta, la jovenzuela reprimida tuvo mucho sexo con varios de sus compañeros de clases y ahora que llegaba a su casa nuevamente sentía aquella presión por estar constantemente vigilada y se masturba frenéticamente.
Ya habían pasado varias semanas desde que llegó y se sentía muy caliente extrañando todas las caricias de sus compañeritas bailarinas. En su único momento a solas, cogió su cámara web, se fue al baño donde no podían molestarla (al menos de momento) y realizó una videochat con todas sus amigas. Después de hablar un rato, las cosas se calientan , utiliza aquel rabo de goma que le obsequió una de sus amantes y se lo mete con mucha fuerza y entusiasmo por su coñito que no deja de botar fluidos.
El delicioso golpeteo del juguete con su coño es igual de excitante que verla gemir y tocarse con rapidez, para poder llegar al orgasmo rápidamente sin que sea descubierta. ¡Que guarrita tan agazapada! ¿Quieres conocer a unas cuantas así de perras? En estos momentos están esperando por ti. ¡Entra ya!.